He hecho varios borradores de esta entrada, porque quería decir muchas cosas y a la vez no decir nada. Se acaba el año, mi año. Eso creí cuando comencé. Era una ingenua feliz que creía en promesas, que de verdad creía que podía cambiar. Somos quienes somos por miles de razones, y lo cierto es que por mucho que queramos no podemos obligarnos a ser alguien más.
Iba a dedicarme a escribir sobre alguien que ha marcado mi año entero, pero la verdad, es que nunca terminaba de publicar esa entrada, porque sí, él fue mi 2013 y 2014, pero no estará en ningún otro año más. Porque me parece tonto seguir escribiendo sobre alguien sobre el que ya no se siente nada.
No, no ha sido mi mejor año, ha sido el peor. Pero jamás he aprendido tantísimo. Jamás he sentido tanto dolor y tanto odio hacia mí o hacia otras personas, y aún así he visto un atisbo de luz. Y creo, que descubrir que a pesar de la mayor oscuridad en la que estaba sumida aún me quedaba luz por encontrar, ha sido lo mejor de este año. He conocido gente increíble, he hecho amistades que ruego por conservar, he tenido el mejor viaje de estudios de la historia, y me he sentido parte de una familia, no de un grupo. He conocido a alguien que me ha mostrado que aunque el corazón esté roto, puede seguir bombeando algo de amor. Y no cometeré el mismo error que el año anterior. No me haré promesas estúpidas a mi misma, solo viviré ahora, y confiaré en como me siento en estos instantes. Porque el amor es todo lo infinito que él mismo quiera ser, y solo lo aprovecharé mientras me haga feliz.
He releído mi lista de propósitos del 2014, está en la entrada de este blog de estas fechas del 2013, y no he cumplido apenas ninguno.
He ayudado, o al menos he estado ahí cuando alguien me ha necesitado. No he sido mejor persona, he sido muy cruel, muy fría, y he dicho cosas de las que me arrepiento. Pero estoy esforzándome muchísimo para ser una persona bondadosa y generosa, y aún estoy en ello. No he cuidado un bonsai, no he visto 120 películas, o igual sí, porque lo cierto es que no las he contado. He leído más de 50 libros, esos son solo los que me leí en el verano. No he terminado mi libro por desgracia.
Me entristece a mi misma, pero no he cumplido el no dañarme, no creo que esto sea algo que algún día llegue a cumplir. Me conformo con saber que ya lo hago muy de vez en cuando. Creo que eso es algo. Tampoco he dejado la comida atrás. Debo asumir que es una parte de mí, y que siempre siempre, estará en mi mente.
A pesar, de no haber cumplido casi ningún propósito, me siento feliz. Feliz, porque creo que he hecho frente a cosas muy duras. Porque después de todo. Después de todo el odio, de todo el asco, de todo el dolor, la angustia, la ansiedad, después de todo, sigo aquí.
Y, ey, aquí seguiré, luchando por un 2015 mejor.
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