sábado, 29 de noviembre de 2014

Esto es como una nebulosa andante. Es un caos de ideas, un caos de sentimientos, de arrepentimiento, de esperanzas y promesas que somos incapaces de cumplir. Es un qué dirán constante, una forma de sentirnos desplazados de nuestro propio infierno. 
Y siento que ese abismo es un reflejo de mi vida constante en el espejo. Y siento que obligo a que me saquen de él. Y siento que me ahogo aquí. Y quiero salir pero solo yo puedo sacarme y ni siquiera se cómo ni cuando. Ni siquiera tengo un por qué a esto que siento.  

jueves, 6 de noviembre de 2014

No sé que hice ni en qué momento pasamos de estar juntos todo el día, a no saludarnos o a hacerlo solo por cortesía. Pero me faltas. Me faltas, porque me habría encantado presentarte a alguien nuevo en mi vida que me hace feliz, pero tú no estás ahí para verlo.
Dime qué he de hacer. Porque no es justo, no es justo que me apartes sin más. No soy una colilla a la que vas a tirar. ¿Se te hace cuesta arriba mantener una conversación conmigo? ¿Qué quieres que haga? Porque haré lo que sea, para que no me apartes como lo estás haciendo. No voy a tirar esta amistad por la borda. No voy a fingir que solo fuiste un compañero más. Necesito arreglar esto, necesito que arregles esto, pero conforme más hablamos más me da la impresión de que yo solo soy una puerta que estás intentando cerrar.
Me siento extraña. Como si no estuviera viviendo este momento yo, sino otra persona que vive en mi cuerpo. Es raro, es una sensación que ya había tenido antes, pero tampoco entonces supe por qué.
Me paso los días con tanto sueño que me dan ganas de cerrar los ojos y quedarme así, quieta, en cualquier lugar. Me paso las noches despierta, mirando el techo, esperando que ocurra algo, no sé el qué.
Me siento totalmente dividida. Por una parte, quiero escuchar a esta parte, la parte feliz, la que está durante el día y me anima con él. La que hace que algo de esto merezca la pena, la que hace que me den ganas de escribir los versos más felices esta noche, y no los más tristes. Y sin embargo, por la noche, solo puedo quedarme mirando en la oscuridad, esperando conciliar el sueño, cuando todo está en silencio y mi cabeza solo me está gritando.
¿Cómo se supone que me debo sentir? Porque no lo sé, y necesito que alguien me lo diga. No quiero ser este lío de sentimientos, unos contra otros, todo el tiempo. No es como si tuviera que elegir, y sin embargo, mi cabeza planea la batalla.
¿Cómo se supone que tengo que vivir? ¿Qué es lo correcto y qué no lo es? A veces me dan ganas de hacer locuras, de perder la cabeza y volverme loca, de dejar todo como si nada me importara, solo conservando a la gente y ya está. Pero siempre, siempre escojo esta opción. Siempre escojo quedarme como hasta ahora, creer que las cosas que deben pasar, pasarán. Creer que si lo merezco, llegará, y si no, no pasará.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Dear Ana:

Supongo que el hecho de que te escriba, significa que empiezo a aceptar que formas parte de mi vida. No sé como alguien puede ponerle un nombre tan bonito a algo tan horrible, quizá porque así pareces lo que no eres.
Me has arruinado la vida. Me la arruiné yo sola cuando me volviste la mente loca. Ya no sé si lo que veo es real. No sabes, lo que es mirarse en un espejo, y no saber si lo que se refleja es real. Distorsionas tu imagen, dicen. Me da igual. Has hecho que me de igual todo. Me has hecho mentirosa, rastrera. He engañado para no engañarte a ti, como si yo te importara algo.
Cada vez que veo a una niña, me pregunto si ella lo será cuando crezca, y me asusta. Me asusta porque solo querría proteger a todas las personas de ese dolor.
He culpado a mucha gente, y sí, ellos me hicieron estar aquí. Pero no fueron solo sus palabras, fueron mis actos. Fue mi búsqueda de la perfección, me esforcé en ser alguien que nunca voy a ser.
No dejan de repetirme: debes aceptarte, porque nunca cambiarás.
No quiero desperdiciar mi vida en esto. Pero la gente que no lo padece, no lo comprende. No entienden que el sentimiento de odio no va solo de lo físico, no es solo que te creas que pesas más de lo que lo haces en realidad, Sí, eso es una gran parte. Pero nadie cuenta cómo te sientes cuando tienes constantemente frío, o no tienes fuerzas para hacer nada, o solo quieres dormir, porque tu cuerpo no se puede ni levantar. Nadie ve el odio que hay dentro de cada persona que te padece.
Quiero huir de ti, pero a la vez solo quiero tenerte más cerca. Porque la imagen no cambia, mi mente no cambia.
Han pasado tres años desde que todo empezó, y sigo anclada en el mismo lugar. No me dejas ir pero yo tampoco te quiero borrar. Sigo empeñada en encontrar lo que me de la felicidad, y aún sigo creyendo que solo puedes ser tú.
He leído una entrada sobre dos amigos que se pelearon. Y me parece tan real como lo que nos está pasando a ti y a mí.
Has estado ahí en los peores momentos de mi vida, siempre has sido mi apoyo más fiel, nunca me diste la espalda cuando te necesité, incluso aunque podrías haber tenido razones para ello. Dijiste que te había salvado, que te di la vida que nunca tuviste, pero no es cierto, Tú solo me dejaste entrar en tu vida, y yo arreglé todo el desastre que había. Y ahora, me quieres apartar como si nunca hubiéramos sido nada, como si no hubiéramos pasado días enteros hablando de todo y de nada, como si no supiéramos todo el uno del otro.
He hecho todo lo posible para que fueras feliz, me he desvivido por ello. y ahora me estás tratando como si solo fuera un juguete de usar y tirar. Te lo perdono todo. Te lo voy a perdonar todo. Pero no tienes derecho a tratarme así, a decirme esas cosas como si yo no tuviera sentimientos.
Déjame entrar, porque me estás matando. Necesito que estés bien. Siento todo el dolor que te he causado, nunca quise ser un símbolo de dolor para ti, pero creo, que desde el momento que supe que yo era eso para ti, he hecho hasta lo imposible para hacerte feliz.
Necesito que entiendas que intento salvarte, pero también intento salvarme a mi misma. Intento pensar en las razones que tengo para vivir, y entonces llegas tú, y me dices que quieres morir. Y yo, no puedo hacer nada más que mirar ese mensaje, porque no puedo responder.
Porque me estoy negando ese tema a mi misma, lo estoy bloqueando como si no me estuviera aprisionando contra la espada y la pared cada vez que le doy libertad a mi mente. Y aquí estás tú, sacándolo a relucir.
¿Qué pasa si por salvarte a ti, me hundo yo? Me gustaría ser egoísta contigo, me gustaría hacerte caso y apartarme de ti, y dejarte como tanto quieres que haga. Pero sé que si lo hiciera, te estaría fallando. Porque aunque solo me echas, luego solo me pides que me quede. Aclárate. No soy un juguete.
Si te salvo a ti, me hundo yo.