viernes, 17 de abril de 2015

No quería meterme aquí porque no sabía que iba a escribir. Me daba miedo dejar a mi mente libre y escribir lo que me saliera de lo más hondo. Porque si lo hago, voy a dejar salir todo eso que me llevo callando. Pero sinceramente, quiero que lo escuches. Quiero que lo leas, que sepas lo que siento.

He cometido muchos, muchísimos errores en mi vida. Y creo que esto, lo que ha ocurrido, no ha sido uno. Sé que no he sido la mejor persona actuando. Sé que he causado dolor a gente a la que realmente quería, y que me sigue importando. Sé que escogí mal el día, que esa decisión siempre le duele a la otra persona, pero a mí también me dolió. Yo también sufrí, en silencio, pero lo hice. Pero creo que no hay ningún error aquí. Continuar con algo que no puedes mantener en ese momento y que se ha disuelto para ti tiempo después, no es ningún error. Es la vida. Y a mí me duele, porque es algo que he querido con toda mi alma, pero que confundí. Algo que no vino en el momento apropiado, y sí, sufro por ello, pero no quiero estar mal eternamente. No quiero mostrar que lo he pasado mal, que he sufrido, que me he enfadado conmigo misma por ello. Sé que no actué precisamente bien, y lo siento por ello. Lo sentí en aquel momento, lo sentí después, y lo siento ahora.

Pero creo, que si he sido algo, ha sido honesta. He intentado actuar del mejor modo, aunque no siempre lo he conseguido. Nunca fingí un sentimiento.
Quise esa amistad, y quizá no he luchado suficiente por ella, pero tú tampoco. Has querido que fuera yo la única que se esforzara por mantener una amistad, y eso no puede ser así. Si tú no me hablas, yo a ti tampoco, y viceversa. Nunca quise acabar así. Nunca creí que las cosas serían así de tirantes, así de vacías, como si nunca hubiera habido ni una sola palabra entre nosotros. La amistad después de una relación es un esfuerzo muy grande, y no tengo muy claro que ambos lo queramos hacer.

He actuado mal varias veces contigo, pero no lo estoy haciendo ahora. He sido alguien en quien puedes confiar, alguien que se ha preocupado por ti, alguien a quien le has importado de verdad. He intentado hacerlo bien, intentar encontrar el punto medio en le que podamos tener algo como una amistad después de lo que tuvimos. Esa amistad no surge en un minuto, ni en un mes, ni quizá en dos o tres. Surge con el tiempo, y yo he intentado dejarla fluir por si sola. Pero al parecer, para ti nada de lo que hago está bien. O sí. Porque tienes tus dos partes, la que me muestras a mí y la que muestras a los demás sobre mí.

Yo sé la opinión que tengo sobre mí, sé la que tengo sobre ti. He sido siempre honesta en todo. Sobre nosotros, sobre ti. Y si es por eso que ahora tengo tu desprecio, adelante. Hazlo. Di lo que quieras sobre mí, piensa lo que quieras sobre mí, mírame como te plazca. Si te he decepcionado, si no te he dado la amistad que querías, lo siento. Si te he fallado, lo siento. No fue mi primera opción nunca decepcionarte. Pero esta es mi última disculpa, porque ya no tengo nada que decir. Eso es pasado, y solo quiero ahora mi presente y mi futuro. Tú sabrás si quieres estar en él. Esto es todo lo que yo voy a hacer por estar en el tuyo.


jueves, 9 de abril de 2015

Hace tanto tiempo que no entro aquí, y ha pasado tanto desde que escribí por última vez, que releo las entradas, y me parece que este blog no me pertenece a mí.
Sé que la gente cambia, pero me asusta lo mucho que lo estoy haciendo yo. No estoy cambiando de físico, no estoy cambiando por la edad, por la situación. Estoy cambiando mi forma de pensar, mi forma de comportarme con la gente, de preocuparme por mi futuro o por mi vida.
He conocido a varias personas que me están mostrando otra cara de la vida. Me están incitando a dejar de estar escondida, invisible como siempre, como si hubiera algo mal. Me están mostrando todo lo que les hago sentir, todo lo que puedo valer si quiero, todo lo que puedo ser si me esfuerzo.
Me siento distinta. Me siento querida, deseada. Y Dios, sienta tan bien. Tan bien que no quiero apartarme. Estoy haciendo cosas que jamás me había atrevido a hacer, y me gusta. Me gusta sentirme con el poder de controlar una situación y no apagada y callada como solía estar.
Me gusta esa persona que han visto en mí. Quiero convertirme en ella.
Me han pasado muchas cosas en la vida. He cometido tantos errores que ya no puedo ni contarlos. Me he arrepentido de todo, y las cosas que estoy haciendo, me habría arrepentido de ellas en un pasado.
Pero no ahora. Ahora creo que el mundo está esperándome con los brazos abiertos para que me lo coma. Que se ha cansado de verme llorar, de verme ansiosa, preocupada y depresiva.
Yo me he cansado de ser esa chica.
Puede que me arrepienta de las decisiones que estoy tomando. Pero nunca había hablado de la vida tan claramente como lo hago ahora con ellos.
Nunca había sentido que el poder de mi vida, lo tengo solo yo.