sábado, 11 de junio de 2016

Deseé no volver a abrir los ojos, durante cada día a lo largo de tres años. Deseé dejar de sentir, de sentirme. Dejar de hacer todo lo que me dolía. Desde respirar, hasta hablar, hasta mirarme al espejo. Deseé tener esta vida, y que no fuese yo quien estuviese en ella. Y odié cada segundo que pasaba aquí, cada segundo en el que yo seguía siendo yo y nada parecía hacerme cambiar.
He rechazado cada momento vivido desde antes de que ocurriese siquiera. He creído que la vida que tenía no merecía ser vivida por alguien como yo.

Puede parecer estúpido, pero el único consejo que sé dar, es el de tener esperanza. Muchas chicas me enviáis correos, porque os identificáis con mis entradas antiguas y tenéis problemas similares, y creéis que os puedo ayudar. Pero mi único consejo es el de tener esperanza.

Tened esperanza, por favor. Aunque cada día deseéis no vivir el siguiente. Aunque odiéis todo lo que sois. Aunque os agobie y os supere todo a vuestro alrededor.
Porque un día, todo el agobio, todo el odio, toda la tristeza, empezará a pesar menos. A lo mejor no es una sola persona la que te quita un poco de agobio. A lo mejor son varias. A lo mejor una te divierte, y otra consigue que sonrías, y otra te enseña a canalizar el odio, o a hacerlo desaparecer.

Y después de eso, todo va mejor. A lo mejor piensas que no mereces que nadie te quiera. Que eres lo peor que existe en este mundo. Pero a lo mejor, encuentras a alguien que hace que te mires al espejo dos veces, y no te sientas mal. A lo mejor encuentras a alguien que te hace sentir especial. Y una vez que te sientes especial, todo se va.

Tened esperanza. A lo mejor encuentras a alguien por el que merece la pena darle una oportunidad al mundo.
Y entonces, se la das.


No hay comentarios:

Publicar un comentario