lunes, 3 de febrero de 2014

Travel



Últimamente no tengo inspiración. No sé, quizá se deba a que todo va bien. Demasiado bien. Estoy aquí, al acecho de que algo malo ocurra. Si lo pienso, solo llevo unos días buenos, pero incluso eso es mucho para mí. Tres días sin encerrarme y ponerme a llorar. Y aunque puede parecer poco, para mí es un logro. Estoy tan acostumbrada a que todo vaya mal, que cuando empieza a ir bien, me asusto.
Quizá se deba a que estoy pensando mucho. Tengo mucho en lo que pensar. Mucho sobre lo que quiero decidir. Me siento perdida. Creo que estoy olvidando como ser yo, que estoy cambiando demasiado. No sé en qué, no sé como, solo lo sé. Quizá si me preguntaras en que estoy cambiando no sabría decirte, pero lo siento, y no estoy agusto. Pienso en lo que quiero, y solo veo caminos difusos.
Hace un año, en estas fechas, no dejaba de buscar becas para irme de aquí. Era mi sueño, es mi sueño. Y este año, aún no he buscado ninguna. No sé si me asusta buscarla y encontrarla, o encontrarla y que no me la den. O quizá me asuste irme, porque tengo razones para quedarme.
Quiero vivir experiencias, quiero viajar, quiero ver más mundo del que ya he visto. He estado en Francia, en Suiza, Italia, Alemania, Inglaterra, Portugal, Escocia. He visto otras culturas, otras formas de pensar, y cualquiera de esos países, me gustaba más que esta realidad. No me quejo de mi país, me quejo de la vida que tengo aquí. Quiero triunfar. Llevo toda la vida estudiando, para ser lo que quiero ser. Y ni siquiera sé si de verdad ese es el camino que quiero seguir.
Me gustaría estudiar en otra universidad, y quizá no solo una carrera, sino varias. Medicina, periodismo, filología, historia, ¿por qué no? Me gustaría trabajar con niños, irme de misiones.Siempre he querido irme a África, ir a EEUU, trabajar para un periódico, ser escritora, hacer cursos de dibujo, no sé. Hacer muchas cosas. Pero no dejo de sentir que estoy escogiendo todo el tiempo. Que no me dejan libre, manejan mi camino. No quiero límites para vivir.
Me falta tiempo. Me faltan minutos para respirar. A veces, simplemente pienso que quizá no pueda llevarlo, que quizá sea demasiado frustrante para mí no conseguir todo esto.
Toda la vida he escuchado quejas de mí, insultos, cualquier cosa. Me han criticado por estudiar, por ser como soy. Y nadie lo ha entendido. Puedo ser una empollona, sin vida social, puedo ser la tía rara con la que nadie quiere ir. Pero me da igual, porque año tras año, lo que me ha mantenido viva han sido mis sueños, mis mundos imaginarios. Y no los voy a dejar ir.
Día tras día, me levanto pensando que algún día, todo esto habrá valido la pena.
Solo tengo mi futuro. Mi pasado es una mierda, mi presente es algo confuso. Solo en el futuro imagino una vida perfecta. Una yo perfecta, como siempre he querido ser.

3 comentarios:

  1. Tienes tanta razón!!!
    Cuando nos acostumbramos a que nos vaya mal, cuando de repente, un dia nos va bien, sentimos miedo!!
    ¡NUNCA, NUNCA! Nunca dejes ir ni tus sueños ni mucho menos tus mundos imaginarios. Siempre he pensado que nuestros mundos imaginarios son lo que nos ayuda a sobrevivir, los que nos ayuda a ser felices por un momento entre tanta mierda que es le mundo real!

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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