Sí, sé lo que os digo. Que estoy genial y que en realidad nada de esto me importa. Que no me duele ver como estoy en un grupo de amigas que ya no me quiere ahí, pero que si me voy, no encontraré otro grupo porque nadie me quiere en el suyo. Sí, esa es mi realidad. Mi realidad es que en un mes, he perdido a mi novio, a una de mis mejores amigas, mi alma gemela, y aquella a la que solía llamar ángel. Y me he quedado sola, pero rodeada de gente.
Ya no sé que hacer. Me preguntan que si es que no quiero arreglarlo. Pero ya dije que lo sentía, varias veces. Y vosotros también me habéis dañado, seguís haciéndolo. Así que mi pregunta es si merece la pena arrastrarme por el suelo para que recobreis vuestro orgullo y sintais poder sobre mí, o si simplemente debo darlo todo por perdido.
No sé que decir, no sé a quien decirlo tampoco.
Parece que el silencio se está adueñando de mis palabras también.
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