Es solo un momento, una milésima de segundo en la que de pronto todo se torna oscuro. No es culpa tuya, no es culpa de nadie. Dicen que el destino lo ha querido así. Dicen que las palabras no se pueden borrar, que lo dicho, no será olvidado.
A veces da la sensación de que no eres tú el que controla tu vida, que es demasiado, para que te ocurra a ti. Todo te supera. Sientes el agobio subir por tu garganta, invadir tu mente hasta acelerar tu respiración.
Te sientes solo. Rodeado pero sola en verdad. Y lo cierto es que lo estás y lo sabes. Que todo es una fachada, una imagen de una bonita postal que intentas que la gente crea. Pero tu sabes la verdad.
La verdad es que ya no queda nada por lo que luchar. Que no tienes amigos por los que luchar porque todos te han abandonado. Que no puedes luchar por tu amor verdadero porque se ha marchado.
Pero algún día, volverás a ver la luz. Y debes estar preparada para observar. Porque si se te escapa, nadie te asegura que aparezca pronto otra vez.
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