Es odioso caminar por la calle acompañado de todos tus amigos, y que haya chicos nuevos en tu grupo en los que no te quieres fijar. Es esa horrible sensación que te recorre el cuerpo, cuando te encuentras con la mirada de alguno, y sabes que si el tiempo pasa y os conocéis mejor, algo puede pasar entre vosotros. Sin embargo, apartas la mirada, porque en tu mente solo el dolor se abre paso. Sabes que si esa historia empezara, esas lágrimas volverían, y recuerdas tan bien el sabor amargo del desamor de la última vez, que prefieres girar la cabeza, mirar el suelo y fingir que sigues siendo feliz sin nadie a tu lado. Te repites a ti mismo:mejor solo que acompañado.
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