martes, 30 de abril de 2013

No quiero empezar a pensar, porque si lo hago, no pararé. Pero no puedo dejar de plantearme cosas. Cosas como que os reísteis al decirme que no queríais salir más conmigo, como si tuviese la peste, como si yo no valiera nada. Me tratasteis como a la escoria de la tierra. Y no dije nada. Me lo tragué como si todo hubiera sido culpa mía. Y sí, puede que yo no hubiera sido la mejor amiga estos últimos meses, pero habéis hecho mi vida un verdadero infierno, algo que no puedo pasar de largo. Y sin embargo aquí estoy, escuchándoos hablar sobre las idioteces que decís, como niñas cursis que no saben el verdadero daño que hacen con sus palabras. Creo en el perdón, creo que es uno de los valores más importantes de la vida, pero últimamente, me cuesta demasiado concedéroslo.
Quiero olvidarlo todo ¿es que no lo veis? No quiero quedarme sola después de tanto tiempo con vosotras. Quiero estar bien de nuevo, ser feliz con vosotras, y sin embargo no puedo del todo. Puedo fingir que todo está bien. Pero no lo está.

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