De pronto, todo cobra sentido. Ese futuro tan lejano, se ha convertido en el presente que estoy viviendo. Esa vida tan imaginada, debería ser esta, esto en lo que me he convertido.Una vez, hace mucho tiempo, imaginé cada detalle de este día, imaginé cómo sería dejar esa cárcel que me había aprisionado, decirle adiós a todo lo que me había hecho tanto daño. Y ahora, ahora que verdaderamente puedo dejar de tener ese cartel, esa faceta de mi misma que siempre me he querido quitar; ahora que puedo dejar atrás a todos los que me hirieron, no puedo. Me aterra.
Estoy asustada de ese futuro tan desconocido, tan libre de complejos, de carteles, de personalidades que no pueden cambiar. Estoy asustada de esa nueva libertad que se abre ante mí.
Nunca creí que llegaría a decir esto, pero me da miedo que nadie me diga como tengo que ser, como se supone que no me puedo comportar. Ya no hay un molde protegiendo mi personalidad.
Pero quiero que todo se detenga, que el tiempo, se pare, deje de contar. Voy a echar de menos, todo lo que me ha acompañado hasta ahora, todas las personas que me han herido, se han quedado en mi memoria.
Y finalmente, creo que abandono, pero abandono quedándome con los recuerdos buenos. Olvidar quienes fuimos, y empezar a creer en quienes somos.
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