viernes, 28 de junio de 2013

Run away



No me abandonas. Me persigues por cada esquina que doblo, como un acosador, como un cazador esperando atrapar a su presa.
Estúpido amor que no cesa en su cometido. Solo quieres dañar, herir, hacer sangrar a los más débiles. No me das la libertad que te pedí la última vez que me enfrenté a ti. Ya no te basta con dañarme a mi. No paras, hasta que hago daño a alguien, hasta que ves como cada persona que me importa, se aleja, se va con heridas de guerra.
Este campo de batalla es demasiado rocoso para mi. Tiene demasiados obstáculos a los que enfrentarse, demasiados fantasmas del pasado contra los que combatir, y no sé si seré capaz de seguir adelante.
Mi espada resbala de mi mano, mi cuerpo amenaza con derrumbarse. Mi ejército está muerto. Y el miedo ya está aquí.
Tengo que lidiar yo sola con este estúpido amor, con este daño que hago, y nadie puede ayudarme.
Me da miedo abandonar la amistad. Pero prefiero huir, a seguir haciendo tanto daño.

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