viernes, 11 de abril de 2014

Llega un momento, en el que te das cuenta de que hay algo mal en tu vida, y que eso, eres exactamente tú. Y una vez que lo admites, ya das el primer paso. No necesitas un psicólogo que te ayude a superarlo, aunque puede ayudar. Solo necesitas querer luchar, querer salir de ahí.
Ayer, después de leer esos mensajes tan crueles, me encerré en mi cuarto y lloré durante horas. Una tras otra, sin parar, sin preocuparme de nada excepto de expulsarlo todo. Y lloré haciendo exactamente eso, expulsando todo el dolor que llevaba tanto guardando. Nunca me he planteado tan seriamente la idea de morir y a la vez de vivir, más que en ese momento.
Pero hoy, me he levantado, y simplemente lo he sabido. He sabido que algo me cambió ayer. Y que quizá fueron esos mensajes, o quizá fui yo. Sea como fuere al levantarme, estaba feliz. No es que fuera feliz, es que quería serlo. Quería dejar de escuchar decir a la gente que la he decepcionado, cuando no hago más que decepcionarme a mí. Me he dado cuenta, de que desde hace seis meses, he ido tomando malas decisiones, una tras otra. Y quizá aquella no fuera la peor, pero sí la que lo desencadenó todo. Así que, me he sentado, y lo he borrado todo. He borrado cada foto, cada retazo de su presencia en mi existencia. No quiero olvidarle, quiero vivir con ello, quiero que me sirva de experiencia. Porque he aprendido a no dejarme llevar por quien no lo merece, y esa es una lección importante. Y mientras eliminaba cada recuerdo, solo podía sonreír, y me sentí realmente bien. Con nostalgia quizá, pero la nostalgia del que sabe lo que ha perdido aunque no lo quiere recuperar. Y he comprendido, que aunque no está olvidado, está superado. Es como si la pesadilla por fin hubiera acabado. He dejado de sentir al respecto. Ni odio, ni amor, ni nada. Y es así como las cosas se superan, cuando ya no te producen ningún sentimiento.
He salido del instituto, sola, y he ido a comprarme una cosa de chocolate. Puede parecer una estupidez, pero para quien tenga mi problema, sabrá que eso es como encerrar a un claustrofóbico en un armario. Y por primera vez, me he sentido bien. Y he entendido, que aunque me costará mucho salir de aquí, hoy, he dado un paso muy grande en todo. He decidido que no quiero seguir siendo esta persona que decepciona y no es feliz. He decidido que quiero luchar y ser feliz.

2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog, te he nominado a un premio, lo tienes aquí.

    http://unblogdelocas.blogspot.com.es/2014/04/otro-premioo.html

    ResponderEliminar