Intento creer que llegado el momento, este vacío que siento se irá como por arte de magia.
Se nos da la oportunidad de soñar desde el primer momento en el que abres los ojos y ves que todo a tu alrededor no es ni mucho menos como tu esperabas. Y pasas cada momento, imaginando millones de posibilidades, pequeños sueños que te crean una vida perfecta mental. Y esa vida, marca tu realidad.
Tantos sueños para tan poco tiempo, tanto tiempo para tan poca esperanza.
¿Qué más da todo lo que pueda soñar? El mundo es de los soñadores, eso dicen, ¿pero acaso es verdad? El soñador, se levanta cada mañana con la esperanza de ver que sus sueños se han cumplido, pero se acuesta sin lograr nada.
Esperanza. La esperanza también se acaba. Sí que se pierde. Y me pregunto, que debo esperar cuando llegado el momento, se me termine la esperanza de que algún día todo mejorará. Nunca llegará el momento en el que salga de aquí, nunca va a cambiar esta estúpida realidad que tengo por vida, y la certeza de esto, me derrumba por dentro. La certeza de esto hace que me niegue la posibilidad de ver brillar un sol que hace mucho que se oscureció para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario