Creí que quizá siendo dura empezarías a entenderme. Me volví todo lo que dijiste que era. Fría y cruel. Quizá llevabas razón después de todo. Pero sigue doliendo como una gran estaca clavada en el corazón cuando te observo, y no sé lo que debo sentir. ¿Odio, amor? Dios, es tan triste estar tan dividida por ti. Es tan triste haberlo estado siempre.
Me gustaría dejar de culparte, porque ni siquiera sé si mereces esa culpa. Yo solo lo intenté, y fallé. Y por lo que se ve, te fallé a ti. Y nunca he sabido arreglarlo. Nunca he sabido como llegar hasta ti, o tú nunca has intentado llegar hasta mi.
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