No pido tanto ¿verdad? Solo quiero encontrar alguien por quien merezca la pena luchar. Alguien que me quiera, no que me utilice. Quiero ser importante para alguien, en vez de sentir como siempre me he sentido hasta ahora, la última cosa en la que alguien pensaría.
Me he cansado de esperar, de buscar. He soñado tantas veces y he caído otras tantas más, que no tengo fuerzas para levantarme y pensar si hay alguien más ahí fuera esperando ser encontrado.
Levántate, me digo a mi misma. Sigue adelante. Pasa página. Pero resulta difícil. Porque cada palabra que me dijiste, sigue ahí guardada, porque todas las fotos, todos los recuerdos, siguen palpitando, vivos. No quiero pasar página, quiero hacer como si nunca hubiera ocurrido. Pero no puedo, no puedo. Sigo sintiendo ese vacío tan grande, que nadie consigue llenar. Y podría decir que ya no pienso, pero nunca dejo de hacerlo.
Me imagino que será de ti. Si serás tan feliz como querías ser. Si ella ya ha empezado a ser algo para ti. No sé, imagino en quien piensas mientras la besas, y ya no hace falta que me lo digas, porque sé, que no soy yo. Y no me duele, sorprendentemente no me duele, solo se queda ahí, flotando en el ambiente. Recordándome lo que perdí, por no ser suficiente. Recordándome lo que perdí, o lo que nunca debí haber encontrado. Y solo maldigo al destino, por cambiar mis planes así. Por hacer de esos meses un cielo en un infierno, un infierno de mi cielo.
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